- Después de jugar, es recomendable aflojar siempre los cordones, tanto que puedas quitarte las botas sin ejercer mucha fuerza.
- Eliminar los restos de tierra o hierba cepillando las botas de fútbol
con un cepillo rígido. No utilizar un cepillo de cables, sino uno con
cerdas naturales. En caso de no disponer, un simple cepillo de dientes
viejo cumple las mismas funciones.
- Después del cepillado, limpiar las botas con un paño húmedo para eliminar las pequeñas partículas de tierra y asegurar que la superficie quede limpia. Es recomendable NO utilizar agentes limpiadores agresivos que dañarán la piel.
- Para que se sequen bien del sudor y humedades del terreno, es bueno extraer la suela interior de la bota de fútbol y colocar papel de periódico o algún otro material absorbente en las botas. De este modo conservarán su forma y ajuste, además de eliminar toda la humedad del interior de la bota.
- Deja que las botas se sequen a temperatura ambiente,
evitando cualquier fuente de calor fuerte, como radiadores o la luz
directa del sol. ¿Por qué? Porque si se secan mediante fuentes de calor
fuertes y directas, las botas de fútbol
pueden quedar rígidas y los adhesivos pueden perder adherencia y
despegarse. Si quedan rígidas se rasgarán con mayor facilidad y
perderán tensión. Y si el adhesivo se deteriora pierde eficacia y puede
despegarse. Además, la exposición al calor fuerte puede deformar la
bota.
- Para los modelos de bota con tacos de tornillo, se recomienda extraerlos y lubricarlos con grasa o similar.
Tener cuidado con esto ya que no es recomendable usar demasiado
lubricante ya que podría reducir la fricción. Que el taco quede firme
pero sin dañar la rosca.
Esperamos que estos pequeños consejos os hayan sido de ayuda.
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